Haz visible lo invisible: la misión integral de nuestros colegios
EDITORIAL
En SAFA, creemos firmemente que la educación trasciende la mera transmisión de conocimientos académicos. Nuestra misión es, junto a las familias, la formación integral de nuestros alumnos y alumnas. Formar personas íntegras, conscientes del mundo en el que viven, competentes potenciando todas sus cualidades, compasivas capaces de ser sensibles ante las injusticias y comprometidas en la transformación de un mundo mejor.
El pasado 17 de febrero, los colegios de la Compañía de Jesús en España celebramos el Día del Buen Trato y Cuidado bajo el lema "Haz visible lo invisible". Esta jornada nos invita a reflexionar sobre la importancia de mirar más allá de lo aparente, reconociendo y valorando la dignidad y el valor intrínseco de cada persona. Se trata de adoptar un enfoque que destaque la luz y el potencial de cada uno de los miembros de la comunidad.
Este compromiso con la formación integral de nuestro alumnado, nos ha sido recientemente reconocido por la Junta de Andalucía, que ha otorgado la Bandera de Andalucía a los Valores Humanos a SAFA Funcadia de Huelva. Con 80 años de historia (1944-2024), este centro ha adaptado su oferta educativa a las necesidades de la sociedad, formando al alumnado en diversas especialidades técnicas y profesionales que han contribuido al desarrollo económico y social de Huelva. Y lo más importante, ha formado personas íntegras, con valores humanos, que ponen al servicio de los demás todos sus talentos profesionales y cualidades personales.
En marzo, se abre el período de escolarización, momento en el que las familias deben elegir el colegio para sus hijos. Es una decisión trascendental que va más allá de evaluar la calidad académica; implica considerar la formación humana y espiritual que el centro ofrece. En nuestros colegios, lo visible es el aprendizaje académico, pero lo invisible, y quizás más importante, es la educación en valores, la atención personalizada y el acompañamiento en el crecimiento personal de cada estudiante.
Invitemos a las familias a mirar con los ojos del corazón, a reconocer que lo esencial es, a menudo, invisible a los ojos. Sepamos transmitir que nuestros colegios se esfuerzan por crear entornos donde cada alumno se sienta valorado, apoyado y motivado para desarrollar todo su potencial, no solo como estudiante, sino como ser humano íntegro.
Siguiendo la tradición ignaciana, aspiremos a formar "hombres y mujeres para los demás", comprometidos con la justicia, la paz y el servicio a los demás. Al elegir nuestros centros, las familias optan por una educación que integra fe, cultura y vida, preparando a sus hijos no solo para enfrentar los desafíos profesionales, sino también para contribuir positivamente a la sociedad.
Ayudemos a las familias a tomar la mejor decisión para sus hijos mostrando en nuestro día a día, que la verdadera educación hace visible lo invisible, formando personas capaces de transformar el mundo con amor y justicia.