Jornadas educativas Educsi Todo es capilla
Durante las XXXV Jornadas Educativas de Educsi en Deusto (Vizcaya), casi 300 miembros de nuestra red de colegios han reflexionado, han llegado a conclusiones y se han planteado preguntas.
Una de las cuestiones clave gira en torno a la diversidad y la transmisión de la Fe. ¿Cómo podemos proporcionar una educación en la Fe que sea madura y relevante en un contexto de creciente diversidad religiosa y cultural?
En este contexto, a continuación compartimos una reflexión de Cristóbal Jiménez, sj. director del centro de espiritualidad ignaciana Pedro Fabro.
En octubre de 2023 un periódico de tirada nacional ofrecía un reportaje con el siguiente titular: “Cómo hemos perdido la fe. España dejará de ser católica en 2024”. El reportaje mezclaba testimonios de vida y datos ofrecidos por diversas fuentes documentales. Aquí van algunos de ellos:
- Según la última encuesta del Instituto 40dB, sólo los partidos políticos generan menos confianza en los españoles que la Iglesia católica.
- El último barómetro del CIS desploma el porcentaje de ciudadanos que se declaran católicos, un 52%, la cifra más baja en la historia.
- En 1978 los creyentes en España eran unos 90,5%, hoy apenas superan el 50%.
- En los últimos 45 años, el porcentaje de los que se declaran agnósticos, ateos o no creyentes ha pasado de un 7,6% a un 44,1%.
- Según el último estudio de laicidad de la Fundación Ferrer i Guàrdia, más de un 60% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años no se consideran religiosos. Un 58% entre los de 25 y 34 años.
- En los últimos 25 años, las bodas por la Iglesia han caído un 83%, los bautizos un 54% y las comuniones un 30%
El reportaje dio origen a distintas columnas de opinión en los diarios. Alguno se preguntaba: ¿cómo ofrecer una educación en la fe madura y relevante en este cambio social tan profundo? Otro hacía esta reflexión: “En España, en estos momentos, según Escuelas Católicas, hay 1.952 centros educativos católicos, donde estudian 1.192.542 alumnos. Dejo a su consideración cuántos alumnos han pasado por colegios católicos en los últimos 10 años”. Es, sin duda, una invitación a reflexionar sobre lo que se ha hecho y cómo se ha hecho.
En medio de los debates y reflexiones me vino a la cabeza la historia que nos contó el padre Adolfo Nicolás, anterior General de la Compañía de Jesús, que vivió mucho años como misionero en Japón, un país donde los cristianos no llegan al 1%. Siendo él provincial conoció a un joven budista que se sintió fascinado por la educación de los jesuitas, hasta el punto de que quiso trabajar en uno de los colegios de la Compañía de Jesús en Japón. Ese joven, procedente de una secta budista muy militante, anticristiana, logró que le aceptaran como profesor del colegio. Él no dijo que venía de aquella secta.
Una vez en el colegio empezó a protestar de todo. Tanto que llegó a ser un incordio para los otros profesores, que le dijeron: “si no estás a gusto, vete a otro colegio, eres joven”. Pero él contestaba: “No. Tengo derecho a estar aquí porque he sido admitido”. Los profesores no sabían qué hacer con él y pidieron ayuda a otro profesor budista del colegio: “tú eres más antiguo y también budista, a lo mejor le puedes convencer de que se vaya”. Él contestó: “bueno, haré lo que pueda”.
Llamó al otro profesor y le dijo: “Oye, me han dicho que te quejas mucho del colegio”. El joven profesor budista le contestó: “Sí, sí. La capilla es un centro de manipulación total”. Todas las quejas del joven eran sobre la capilla, sobre todo lo que fuera religioso. Entonces, el profesor budista veterano le dijo: “Oye, mi impresión es que no has entendido nada de este colegio. No has entendido nada, porque en este colegio desde que atraviesas la puerta de fuera, todo es capilla”. El otro lo entendió, y se marchó. Las clases, el deporte, las excursiones, las actividades para escolares, todo es capilla, ¿Todo es capilla?
Cristóbal Jiménez, sj.