*Participan 55 alumnos y 22 profesores de entre 4º de E.S.O. y 2º de Bachillerato de 11 colegios jesuitas de Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Badajoz y Jaén.
*El objetivo de esta liga de debate es ayudar al alumnado a desarrollar sus habilidades comunicativas e investigadoras, fomentar el debate como herramienta indispensable para la tolerancia, el diálogo, el consenso y la búsqueda de la verdad.
*Durante dos días, los alumnos buscarán pasar a la Fase Nacional, a la que únicamente accederán los dos mejores equipos, y que se celebrará los próximos 17 y 18 de marzo en Zaragoza.
El Colegio SAFA Úbeda acoge los próximos jueves y viernes la Fase Sur de la III Liga de Debate EDUCSI, en la que participarán 55 alumnos y 22 profesores de 4º de E.S.O. y 2º de Bachillerato de 11 colegios jesuitas de Andalucía y Extremadura. En concreto, serán alumnos del Colegio San Estanislao de Kostka y Colegio San José (Málaga); SAFA Nuestra Señora de los Reyes, SAFA Osuna y SAFA Patronato Vereda (Sevilla); SAFA San Luis (Cádiz); SAFA Pedro Abad (Córdoba); Escuela Virgen de Guadalupe (Badajoz); y SAFA Alcalá la Real, SAFA Andújar y SAFA Úbeda (Jaén). Durante dos días, los alumnos buscarán pasar a la Fase Nacional, a la que únicamente accederán los dos mejores equipos, y que se celebrará los próximos 17 y 18 de marzo en Zaragoza.
El objetivo de esta liga de debate es ayudar a nuestro alumnado a desarrollar sus habilidades comunicativas e investigadoras, fomentar el debate como herramienta indispensable para la tolerancia, el diálogo, el consenso y la búsqueda de la verdad y, en la misma medida, establecer un espacio donde poner en práctica todo ello, siempre tratando de crear un clima de convivencia entre los alumnos y primando, en todo momento, los aspectos educativos por encima de los competitivos. Además, la organización cree firmemente que este proyecto es un buen punto de unión y de referencia para iniciar y tener un contacto continuo y cercano con otros centros de España de identidad ignaciana. Bajo esa idea de formar estudiantes que sean “hombres y mujeres para los demás”, la organización cree que el proyecto puede ser un vehículo perfecto para poner el talento de nuestro alumnado al servicio de los otros, también a la hora de debatir/refutar o de exponer un tema de actualidad en público. Todo ello sin olvidar que la liga ha de ser un proyecto ilusionante e interdisciplinar y de carácter colaborativo en los centros, donde, por otro lado, se contemple el paradigma pedagógico ignaciano y se trabajen las competencias clave y la atención a la diversidad.
La Comisión de FPB (Formación Profesional Básica) de Educsi ha editado una nueva revista para poder contar los diferentes proyectos que se están llevando a cabo en los centros donde se imparte este grado.
Educsi imparte FPB en centros repartidos por todo el territorio nacional y de más de una docena de categorías profesionales, entre las que se pueden encontrar desde actividades de tipo artesanal, como panadería o agrojardinería, hasta ciclos relacionados con el sector servicios – como restauración o cocina-, pasando también por esos de tipo industrial – mecánica o informática-. La oferta es tan variada como las necesidades de los jóvenes que hoy necesitan terminar su formación para insertarse en el mundo laboral.
Con nuestro primer y segundo número, explicaremos qué es la FP, requisitos de acceso, dónde encontrarnos, familias profesionales, cómo se desarrolla, quiénes pueden cursarlo y otros asuntos técnicos, también cuentan algunas de las iniciativas llevadas a cabo por los diferentes centros FPB de EDUCSI.
El colegio EGIBIDE, de Vitoria-Gasteiz ha comenzado este curso un ciclo de inclusió para estudiantes con necesidades específicas. Tiene mucho interés, ya que no es común que este perfil de alumnos tengan cabida en los ciclos FPB. Ha sido todo un reto. Es un ciclo de FPB con itinerario a 3 años centrado en Instalaciones Electrotécnicas y Mecánica y está destinada a todos aquellos-as alumnos-as que han cursado 2o de ESO y que, además de disponer del consejo orientador para este ciclo formativo, están inscritos en el Registro de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, (NEAE), derivadas de un funcionamiento intelectual límite, una discapacidad intelectual leve o una enfermedad mental acreditada.
Este es solo un ejemplo del tipo de noticias que vamos a poder disfrutar en esta revista. Puedes conocer todo lo que se hace en FPB en Educsi, entrando en el siguiente enlace.
Revista número 1
Revista número 2
En el mes de enero se han entregado los diplomas acreditativos sobre formación de instalaciones y mantenimiento fotovoltaico basada en el certificado de profesionalidad ENA0108. El desarrollo de esta acción formativa ha tenido lugar en el centro educativo SAFA Blanca Paloma de Sevilla Como dato significativo cabe resaltar que tras la realización de la acción formativa, el 70% del alumnado ha tenido una inserción laboral inmediata. De forma complementaria han obtenido otra certificación sobre Prevención y Riesgos laborales.
La formación ha sido desarrollada por la Fundación SaFa en colaboración con Confer, Banco Santander, Secot, Elmya, Fundación Laboral de la Construcción y SPM.
¡¡En las próximas fechas sacaremos otra convocatoria!!!
La imaginación ha sido muy penalizada en el sistema educativo, dificultando así la posibilidad de pensar en que la realidad puede ser transformada
Las tecnologías disruptivas permiten augurar un futuro de grandes cambios y también de grandes posibilidades para el emprendimiento. Esas oportunidades son especialmente prometedoras, y prioritarias, para los entornos rurales, donde la sociedad digital representa un contexto muy favorable en el desarrollo de nuevos proyectos empresariales. En SAFA estamos convencidos de ello. Por eso, tratamos de fomentar las vocaciones emprendedoras en nuestros cerca de treinta centros educativos repartidos entre las ocho provincias de Andalucía. Estas son algunas claves que manejamos para ese objetivo.
Desde pequeños. Hace más de dos décadas que algunos de nuestros centros empezaron con los programas de emprendimiento en Bachillerato y FP. Sin embargo, la experiencia inicial no fue del todo satisfactoria. Nos dimos cuenta de que hay que empezar mucho antes: desde Secundaria, e incluso desde Primaria, aun cuando los proyectos en los que piensen los niños sean sueños irrealizables. No pasa nada. Lo importante es que adquieran la capacidad de pensar en problemas y cómo podrían solucionarse. Tradicionalmente, la imaginación ha sido muy penalizada en el sistema educativo, dificultando así la posibilidad de pensar en que la realidad puede ser transformada. Se hace necesario fomentar el pensamiento creativo y la fantasía para ello. Y en nuestros centros lo intentamos hacer desde edades muy tempranas, aunque los proyectos resultantes sean "camas atrapapesadillas" o "zapatillas deportivas para que los abuelos puedan correr". Acostumbrados a pensar imaginativamente, cuando el niño madura, esas fantasías imposibles se convierten en brillantes ideas empresariales. Los proyectos de emprendimiento premiados a nuestros alumnos de ESO o FP no serían posibles sin los maravillosos sueños que nacen siendo más pequeños.
Implicar a los padres. Además de ser un enfoque transversal asumido por todo el claustro, es muy importante comprometer a los padres, de forma que compartan con sus hijos el entusiasmo por sus proyectos de emprendimiento. Es preciso que los padres reconozcan a sus hijos la dedicación de tiempo en actividades extraescolares. Ese tiempo es un tiempo tan óptimamente empleado como el dedicado a preparar un examen. Nuestra experiencia demuestra, además, que los esfuerzos en uno no van en detrimento del otro sino todo lo contrario: el alumno que se motiva para emprender mejora sus resultados académicos.
Huella social. Lo mejor de interesar a niños y jóvenes por el emprendimiento es que siempre llega de la mano de proyectos con una gran huella social. Lo que motiva a la inmensa mayoría de los jóvenes no es ganar dinero. Para desmentir los tópicos que habitualmente se asocian a la figura del empresario (la caricatura del hombre o mujer de negocios solo interesado por el dinero), no hay nada más instructivo que ver a los jóvenes pensar de forma emprendedora. El último proyecto premiado a nuestras alumnas de 2º de Bachillerato de Écija plantea el uso de drones para ayudar a la agricultura en época de sequía. Y así son todas o casi todas las ideas que nuestros alumnos nos presentan. Proyectos sostenibles para avanzar en la descarbonización, proyectos para la inclusión digital de las personas mayores… proyectos, en suma, con una clara vocación de servicio.
Visibilidad. Aunque el emprendimiento, como el saber, se acaba convirtiendo con el tiempo en un premio en sí mismo, en estas edades resulta muy interesante que los alumnos vean que su esfuerzo tiene un reconocimiento externo. Por eso, entre otras cosas, estimulamos a que nuestros estudiantes se presenten a premios. Igualmente, tratamos de vincular este fomento de la cultura emprendedora con las iniciativas que instituciones públicas y privadas promueven en esta dirección. La posibilidad de participar en programas con alumnos de otros centros, la percepción de que emprender tiene reconocimiento social, y de que las más altas instituciones del Estado se interesan por esta iniciativa, es un estímulo incomparable.
Colaboración con empresas. El acceso a las empresas y a los empresarios y directivos del entorno resulta, asimismo, enormemente estimulante para los alumnos. Darles la oportunidad de que escuchen a empresarios que fueron estudiantes como ellos, quizás de su mismo colegio, y que un día tuvieron una idea de negocio y decidieron ponerla en marcha, es concederles la oportunidad de abrir su mente y es clave en nuestros centros.
ENRIQUE GÓMEZ-PUIG
Director general SAFAVía Diario de Jerez
Alumnos de una docena de nacionalidades participan de un innovador modelo de educación inclusiva en Linares
“Hablar de inclusión no es hablar de diferencias, puesto que estas no son percibidas ni por alumnos ni por profesores, todos somos iguales y desde esa igualdad nos relacionamos en esta escuela”. Inmaculada López, profesora de Economía, ejerce ahora como cicerone ante el alumnado de la escuela concertada Sagrada Familia (Safa) de Linares (Jaén). Lo hace como miembro de la asociación de antiguos alumnos aplicando su experiencia entre los 1.250 estudiantes de diferentes niveles educativos (desde los tres años hasta Bachillerato y Formación Profesional) que contabiliza este centro, precursor de un innovador modelo de escuela inclusiva basado en el Diseño Universal del Aprendizaje (DUA).
“Lo que queremos es formar a los alumnos para que sepan enfrentarse a la vida cuando salgan de aquí”. El que habla es Carlos Ramírez Urrea, que atiende a sus alumnos de Infantil casi de una manera personalizada. Lo hace acompañado de otra profesora de Pedagogía Terapéutica. Ambos comparten un aula de necesidades específicas de apoyo educativo con chicos y chicas procedentes de una docena de países. Como Yuchen, una alumna china, y Doae, magrebí, que comparten una clase de Tecnología, una materia que en este centro tiene un valor capital: “Utilizamos las tecnologías para que puedan acceder, analizar y sintetizar información de todo tipo para después evaluarla con capacidad crítica y transformarla en nuevo conocimiento. Trabajamos con tareas competenciales que permiten el desarrollo cognitivo completo y conectamos el currículo con la vida”, subraya la psicóloga Ana María Gómez. “Hace 20 años”, señala la directora de la Safa de Linares, Lola Saiz, “ya teníamos al segundo profesor en el aula, pero entonces se hablaba de integración y ahora nuestro reto es la inclusión”. En el centro son habituales metodologías como la docencia compartida, el aprendizaje cooperativo, las inteligencias múltiples o el aprendizaje basado en proyectos. “Nos apoyamos en la idea de que la diversidad del ser humano, ya sea en la sociedad o en la escuela, es la norma y no la excepción”, sintetiza Saiz.
Tampoco el idioma nativo supone ninguna barrera. Para ello aplican buenas prácticas y dinámicas positivas de integración del alumnado, principalmente marroquíes, paquistaníes, chinos o nigerianos y un buen número de ucranios llegados el último año, sin ningún conocimiento de español. Una integración que consiguen a base de afecto y cariño, pues son muchos los casos de éxito que han pasado de esconderse bajo el síndrome de la capucha a superar los estudios.
El acercamiento a una educación inclusiva ha obligado a este centro privado concertado a una profunda transformación en su diseño curricular, metodologías y sistemas de enseñanza, además de adaptar las infraestructuras y estructuras organizativas a la diversidad de la población escolar. Su plantilla la forma más de un centenar de trabajadores, entre profesorado y personal de administración y servicios. Pero la columna vertebral es su equipo de orientación, integrado por cinco profesores de pedagogía terapéutica, tres psicólogos y un gabinete de logopedia. “No solo atendemos a alumnos que presentan dificultades de aprendizaje mayores, también trabajamos la detección temprana del alumnado con altas capacidades”, indica la orientadora Débora Jiménez.
Promover el desarrollo del talento es otra de las notas que distinguen a esta escuela linarense. Desde 2015 se lleva a cabo el programa de desarrollo Escuela de Talento para la formación y el acompañamiento de escolares con sobredotación intelectual con el objetivo final de la búsqueda de la excelencia. Una de ellas es Lucía Soriano, una antigua alumna que estudia en Sevilla el grado de Estudios en Asia oriental y que actualmente está en Taiwán como parte de esa formación. En su caso, la Safa elaboró un proyecto adaptado a sus capacidades y buscando la excelencia. Soriano ha publicado ya su primer libro, La trascendencia de lo efímero, donde pone en relieve las semejanzas culturales entre oriente y occidente.
Noemí Oset, que cursa primer curso de la ESO, es otra de esas alumnas que no pasan desapercibidas y que, con apenas 12 años, ya se ha atrevido a hacer sus pinitos en la investigación con un proyecto sobre el reciclaje. “Reciclar sirve, sobre todo, para concienciar sobre la necesidad de cambiar el mundo”, apunta esta alumna con vocación de veterinaria mientras comparte la hora del recreo con otros compañeros de diferentes nacionalidades. “Es lo que más me gusta de esta escuela, la integración de varias culturas”.
La Safa lleva instalada en Linares desde hace más de 70 años, por lo que ha sido testigo de las diferentes crisis que han asolado a esta ciudad, desde el cierre de las minas de plomo al ocaso de la industria automovilística tras el portazo de Santana Motor. Linares está a la cabeza en la tasa de paro de entre las ciudades mayores de 50.000 habitantes del país. Pero especialmente doloroso es el desempleo juvenil, que escaló el año pasado por encima del 50%. Conscientes de esa situación, los ciclos formativos que se ofrecen en este centro tienen que ver con la identidad industrial y comercial, hoy venida a menos, que ha acompañado a Linares en el último siglo. “Aquí entendemos que las dificultades de aprendizaje no siempre son imputables a la falta de estudio, sino a determinadas situaciones personales. Cada persona posee una destreza y el éxito es ofrecer la posibilidad de aportarla al grupo, Safa se enriquece con las diferencias”, concluye la directora.
Y uno de los antiguos alumnos que mejor simboliza el éxito de este proyecto de escuela inclusiva es Faheen Zia, un paquistaní de 36 años que llegó a Linares con su familia con apenas 13 años y sin hablar ni una sola palabra de español. “Estudiar en la Safa de Linares ha sido lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, tuve la ayuda inestimable de profesores y compañeros que me ayudaron a ser hoy lo que soy”, explica Zia desde Barcelona, donde trabaja como abogado especializado en la numerosa comunidad paquistaní que reside en Cataluña. Y es que, como explica López, “esta escuela nació de una actuación de emprendimiento social que sigue dando sus frutos, con la misión de detectar, incluir y atender las necesidades de todos los que pasan por su puerta”.